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Con 17 años, decidí emprender un largo viaje sola para descubrir el mundo… 

Mis viajes me llevaron a Italia, Francia, España, Uruguay, Argentina y Brasil.

Lejos de casa, descubrí que no solo existen los idiomas que hablamos, sino también los idiomas de nuestros corazones. Allí a donde iba, me sentía a gusto. La verdad es que pude haber seguido viajando más tiempo, pero el destino había previsto otros planes para mí.

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De vuelta en Suiza, encontré mi primer trabajo en el sector de la comunicación. Aprendí mucho sobre cómo comunicar con personas muy distintas y sobre cómo ayudarlas. No obstante siempre sentía que me faltaba “algo” para sentirme completa en mi vida profesional.

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Ya llevaba casi 30 años trabajando de empleada, cuando vi un anuncio para una clase de comunicación animal. Me intrigó mucho. ¿Entonces sí es posible comunicarse con los animales y no solo era una fantasía cuando era yo una niña? Tenía tanta curiosidad por saber más, que me inscribí de inmediato al curso sin sospechar que esto iba a cambiar por completo mi vida. ¡Me di cuenta de que nunca fue mi imaginación, que siempre he sido capaz de comunicarme con todos los seres vivos! Sin duda este curso cambió totalmente el rumbo de mi vida. 

  

Las clases que seguí de comunicación animal fueron impartidas por profesoras con muchos años de experiencia como Val Heart, Laila del Monte, Karen Anderson y pasé muchas horas practicando comunicación por medio de telepatía.  

 

Un día, participé a una clase de Marta Williams, la famosa comunicadora animal y autora de varios libros sobre Comunicación Animal. Ella fue la que me animó a inscribirme a su Programa de Maestría en Comunicación Profesional Animal. 

Y así es como mi propósito en la vida se volvió una evidencia: mi destino era comunicar y a la vez ayudar a los animales.

Gracias a mi formación y experiencia, ahora puedo ofrecerte mis servicios como comunicadora oficial de animales.

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